Un nuevo camino

Cuando llegue a tu corazón, no me esquives, no intentes ignorarme. El poder que sientes es innegable. El amor que fluye a través de ti es parte de tu despertar, del velo que se está cayendo, de lo que una vez creíste verdad y de la transformación en tu realidad.

No esperes a buscar momentos para encontrarlos; simplemente disfruta esos momentos como parte de tu nueva realidad, de tu nuevo ser que emerge de ti.
¿Acaso no estoy en todos lados?
¿Acaso no experimentas la caída del velo con pequeños momentos de despertar?

Mécete en esta cuna, deja que te balancee y, tal vez, algún día experimentes una sacudida. Esa sacudida que puede ser dolorosa, que te hace creer que nadie te ayuda a levantarte, que te lleva a mirar a tu alrededor y solo sentir una habitación vacía, oscura.

Ahí estoy yo.
Ahí te veo.
Ahí te espero.

No como parte de algo más, sino fluyendo contigo y con tu corazón, latiendo a cada momento. Estás vivo. Estás descubriendo. Estás viviendo. Qué bonito y desgarrador a la vez. Qué experiencia tan maravillosa es dejarse caer, pero qué duro es volverse a levantar “sin ayuda”.

Yo soy tu apoyo.
No necesitas la validación de otros, no necesitas contarles y recibir silencios como respuesta.

En ese silencio, en esa oscura habitación, a las tantas de la madrugada, cuando crees caer, llámame. Yo no apareceré, porque siempre estuve ahí. Tus gritos son escuchados, tu amor se siente, tu desesperanza se cree eterna.

Y te doy un secreto, amigo, amiga: en el momento en el que te dejas caer, en el momento en el que dejas de resistirte, cuando crees que no podrás una vez más, yo te digo:

Es aquí donde empieza tu camino.

Susurros del alma
Virginia

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