
Unas hojas que se caen en pleno otoño.
Un poder transformativo que te lleva a un logro.
El momento de caerse y liberarse de estos patrones tan rotos.
Un segundo de tu alma, para ese corazón pegado a trozos.
Cuando miro hacia dentro,
¿Qué es lo que encuentro en este momento gozoso?
Me dejo caer como si este presente es lo único que tuviese y lo acojo.
Me doy un momento para respirar y sentir lo que esto requiere de mí.
¿No es más fácil dejarse descubrir?
Encender una vela y simplemente fluir.
Tener esperanza en volver a sentir.
Aceptar este instante y ser capaz de discernir.
Y en el silencio que deja la caída, una nueva raíz comienza a vivir.
Susurros del Alma
Virginia
