Esta es la terapia que a mí me coloca.
Vuelvo a mi centro cada vez que mi alma choca.
Este es mi lenguaje, que nace de dentro.
Cuando no soy capaz de respirar,
me reflejo en el agua de nuevo.
Indagando hasta el ser.
Cuando creo que no puedo volver a crecer,
cuando pienso que esta vez no podré,
vivo desde mi silencio más absoluto.
Donde puedo escuchar todo lo que no se ve.
Donde puedo ver todo lo que un día escuché.
Sigo indagando y me encuentro con un trozo de papel,
un momento de calidez,
un escrito antiguo que en mí se instaló
con un mensaje de poder:
La transformación no es algo que se busca,
sino que se siente desde el ser.
Un instante de presencia puede
cambiar tu realidad a todo lo que es.
Cuando callo y me miro, conecto con todo lo divino.
Mensajes de luz que llegan a este destino.
No fuerzo nada,
porque fluyo desde este mismo segundo intrínseco.
Vuelvo a mí,
como si sólo quedase mi esencia en este paraíso.
Recuerdo todos estos mensajes tan vívidos.
Los comparto contigo
para no olvidar que existo.
Pienso una vez más
y solo es el ego el que me mira recíproco.
Solo soy en este mundo,
un ser de otro planeta,
que a veces recuerda lo vivido.
Susurros del Alma
Virginia
