Madrugada

El dolor es cosa del pasado.
El sufrimiento, aunque no quiera verlo,
yo misma me lo he creado.

No dejo que se me escape,
por si encuentro el vacío al mirar en este cuadro.
Observo en cada esquina de estos cuatro lados.
El sufrimiento es el castigo
que yo misma he aceptado.

¿Podré algún día alejarme
de este jardín despoblado?
¿Podré podar estas rosas
que un tiempo atrás sostuve entre mis manos?
¿Acaso tengo que sangrar
con las espinas de este largo tallo?

Dime, ¿si aún sufres por un suceso que atrás ha quedado?
¿Aún no eliges el hoy
como el único momento preciado?

Llora todo lo que necesites
en esta almohada descuidada.
Junta todas esas lágrimas
que un día te inundaron de madrugada.
¿Hay algún alma que aún se desgarra en su pena
sin poder levantarse de la cama?

Hoy es un día nuevo.
Elijo este comienzo
como si de un lienzo en blanco se tratara.
Puedo elegir pintar lo que me sonríe,
sin presión y con audacia.

Este va a ser mi cuadro a partir de hoy,
y brilla en este presente
como si me cuidara.

En mi corazón hay una puerta
que se abre con una luz bien clara.
La atravieso y escucho una voz
que me habla con una fuerza inmaculada:

Recuerda que hoy empieza un nuevo día.
Date una oportunidad para sonreír
y cuidar de tu jardín poco a poco,
pero con el corazón lleno de ganas.

Susurros del Alma
Virginia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *